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Aspecto exterior de un jamón ibérico.
Tamaño y calidad del jamón ibérico.
Etiquetado correcto y completo.
La pezuña. "Pata negra"
Aunque el cerdo ibérico suele tener la pezuña oscura, no siempre es negra, y desde luego, no es reluciente.
Por supuesto, si el jamón es auténtio de bellota, la pezuña estará relativamente desgastada, por el trasiego en el monte.
La forma:
El jamón ibérico no es GORDO, y si ha madurado con el tiempo adecuado aún menos. Suele ser estilizado y bien proporcionado, de pata fina, pero tampo demasiado delgada.
La textura:
Al presionar sobre las partes carnosas, estas deben mostrar cierta resistencia, lo que denotará un buen perido de maduración.
Si presiona sobre las partes grasas, estas deben de hundir con facilidad, lo que denota su buena calidad.
El color amarillento de las partes grasas se acentúa con el tiempo de maduración, no obstante, al corte, el interior debe ser blanco.
El peso:
La calidad del jamón no varía por el peso, siempre que este se mantenga en los parámetros habituales (6,5 a 8,5 kg. para el jamón, 4 a 6 para la paleta). Si son más grandes conviene que el tiempo de maduración sea algo mayor.
El etiquetado:
Compruebe que el etiquetado es correcto, con el número de registro del fabricante y su dirección.
Debe también comprobar en la etiqueta el origen del jamón. Si además este está certificado por un consejo regulador usted cuenta con una garantía adicional muy fiable.